Si fuese posible hacer que las generaciones presentes y futuras en Rusia olvidasen o de manera errónea percibiesen la hazaña de sus antepasados, perderán no solo su pasado, sino también el futuro.
En 2019, en vísperas del 76 aniversario de la famosa batalla de tanques cerca de Prokhorovka durante la Batalla de Kursk, alguna prensa alemana sugirió demoler el monumento a la Victoria "El Campanario", porque en su opinión "en dicho sitio no hubo tal batalla de tanques". Esto despertó la ira y la indignación de todos quienes participaron en la batalla de Prokhorovka, quienes conocen y entienden el verdadero significado de la Batalla de Prokhorov. Esto ofendió a la memoria de decenas de miles de soldados que yacen en fosas comunes en la tierra de Prokhorov. Mi persona, como presidente de la Junta de Síndicos del complejo memorial de "Prokhorovska", y al mismo tiempo como ciudadano común que valora la historia de su Patria, categóricamente no puedo estar de acuerdo con tales declaraciones.
Desafortunadamente, esto se aplica no solo a la hazaña de las armas, sino también a la valiosa contribución a la Victoria de parte de los trabajadores de la retaguardia. Sin lugar a dudas, el trabajo desinteresado de nuestros bravos y valientes antepasados, los ancianos, las mujeres y los niños, es un excelente ejemplo para la educación de las actuales jóvenes generaciones.
El revisionismo de la historia incluso está tratando de ser registrado en documentos internacionales. Como se sabe, en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo adoptó una resolución "sobre la importancia de la memoria europea para el futuro de Europa". El documento afirma que la Gran Guerra Patria (Segunda Guerra Mundial) fue provocada por Alemania y la URSS, quienes firmaron el "Pacto Molotov-Ribbentrop". Con sus acciones y declaraciones sin fundamento, los diputados del Parlamento europeo no solo profanan la memoria de los miles de soldados muertos que liberaron a Europa de la peste nazi en 1944−1945, sino que también destruyen moralmente la conciencia de las generaciones futuras en Europa.
No importa cuán difícil sea decirlo, pero estoy firmemente convencido de que a medida que avanzan los años de la Gran Guerra Patria, donde perdimos 27 millones de nuestros compatriotas, soldados y civiles, y especialmente cuando fallecen los verdaderos testigos de esos años, cuanto más descaradamente actuarán los falsificadores de todos los colores, tanto extranjeros como, desafortunadamente, nacionales.
Como el presidente de Rusia Vladimir Putin, en su discurso ante la Asamblea Federal el 15 de enero de 2020: "El 9 de mayo es la fiesta más grandiosa y sagrada para Rusia. Estamos orgullosos de la generación de los triunfadores, honramos su hazaña, y nuestra memoria no es solo rinde gran tributo al pasado heroico: sirve a nuestro futuro, nos inspira y fortalece nuestra unidad. Estamos obligados a defender la verdad sobre la Victoria, de lo contrario, ¿qué diremos a nuestros hijos si una mentira, como una infección, se expande por todo el mundo? Mentiras insolentes, intentos de reescribir la historia, debemos contrastar los hechos".
Dada la situación actual sobre éste importante tema, se hicieron una serie de enmiendas a la Constitución de la Federación de Rusia, una de las cuales fijó a nivel estatal la obligación de honrar la memoria de los defensores de la Patria y proteger la verdad histórica. Espero sinceramente que esto permita adoptar leyes en el futuro que puedan proteger nuestra Gran Historia y a nuestro heroico pueblo de los ataques de todo tipo de enemigos.