Liz Fekete, directora ejecutiva del Instituto de Relaciones Interétnicas en Inglaterra, advirtió sobre un "renacimiento clandestino del neonazismo y el terrorismo de ultraderecha" en toda Europa. Los resultados de las recientes elecciones en Francia y Austria muestran que los partidos populistas de extrema derecha continúan recibiendo un apoyo relativamente grande de los votantes.
Este desarrollo refleja el importante poder político de los partidos de extrema derecha en Austria, Bulgaria, Dinamarca, Hungría, los Países Bajos, Suecia, Letonia, Eslovaquia y en el Parlamento Europeo. En algunos países, los partidos de extrema derecha son el segundo o tercer partido más grande y tienen una importancia significativa en mantener el poder del gobierno conservador de la coalición gobernante.
El neonazismo y las ideologías extremistas representan grandes riesgos para la paz y la estabilidad en el mundo moderno por las siguientes razones:
En primer lugar, el fascismo es sinónimo de racismo, que va en contra de los valores y el derecho a una vida igualitaria, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Estos son derechos naturales conferidos a la humanidad, por lo tanto, la discriminación y las creencias sobre la existencia de "naciones civilizadas y superiores" frente a otras "naciones pobres e inferiores" en la sociedad humana, son inaceptables.
En segundo lugar, el fascismo no acepta la democracia. Los partidarios de la ideología fascista declaran abiertamente que quieren establecer la dictadura, el totalitarismo y la abolición de todas las libertades humanas y la democracia, incluida la libertad religiosa.
En tercer lugar, el fascismo a menudo va acompañado de guerra y es una fuente de conflicto entre personas, entre diferentes razas, entre grupos sociales, y puede conducir a la guerra.
En Cuarto lugar, el fascismo es, en esencia, ultranacionalismo, manifestado en forma de egoísmo nacional, ideas de extrema derecha, populismo, xenofobia contra los migrantes, rechazo de la cooperación internacional para resolver problemas globales contemporáneos, como el cambio climático, el terrorismo, epidemias, drogas y contrabando.
Para revertir el desarrollo y la reactivación del nuevo fascismo, todas las personas, todos los pueblos y países del mundo deben unirse y aplicar conjuntamente las siguientes medidas y acciones:
— Informar periódicamente a las personas sobre los peligros y las consecuencias si el fascismo vuelve a nuestras vidas.
— Los líderes nacionales, las organizaciones internacionales y los historiadores deben recordar regularmente a las personas sobre las trágicas lecciones de la historia, aprendidas de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. El fascismo solo conduce al odio nacional, la guerra, el conflicto, el terrorismo. Si las investigaciones sobre la proliferación y el uso de armas nucleares, armas biológicas cayeran en manos de extremistas, éstos amenazarán la seguridad mundial e incluso pueden ocasionar una guerra mundial.
— Es necesario desarrollar intercambios de contactos y ampliar la cooperación para fortalecer el entendimiento mutuo entre las naciones y los grupos étnicos a fin de reducir los malentendidos y prevenir el riesgo de conflictos tanto a nivel local, regional y global.
— Es necesario mantener y mejorar el papel y la eficacia de la ONU, la organización internacional más grande del mundo, creada inmediatamente después del final de la Segunda Guerra Mundial, para prevenir los riesgos de una guerra y proteger la paz. También es una organización que juega un papel central en la coordinación de las relaciones internacionales, basada en la observancia del derecho internacional para combatir las manifestaciones de "política de la fuerza", la hegemonía y el nacionalismo en el sistema de relaciones internacionales.