María Lois
María Lois es docente e investigadora de la Universidad Complutense de Madrid. Enseña e investiga en el campo de la Geografía Política y la Geopolítica desde 2001. Actualmente coordina el Comité de Investigación en Geografía Política y Cultural (RC15) de la Asociación Internacional de Ciencia Política (IPSA-AISP). También es miembro del grupo de Investigación "Espacio y Poder" y ejerce como subdirectora de su revista Geopolítica. Ha sido investigadora invitada en la Universidad de Otago (Dunedin, Nueva Zelanda), Oulu (Finlandia), Radboud (Nijmegen, Países Bajos) y en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA, La Paz, Bolivia). María Lois recibió su Doctorado (PhD) de la Universidad Complutense de Madrid en 2007, y la Licenciatura en Ciencias Políticas y Sociología en 1993.
Rusia y "la guerra de España": competencia geopolítica para disputar la hegemonía del capitalismo
España, 17 de julio de 1936. Un grupo de varios generales, miembros de la cúpula militar y autodenominados Junta de Defensa Nacional lideran un golpe de Estado para derrocar al gobierno del Frente Popular -una coalición de partidos de izquierdas que había ganado las elecciones de febrero de ese mismo año-, y al régimen de la II República, en vigor desde 1931.

La sublevación, que comienza en Melilla, en las posesiones españolas del norte de África, encuentra dificultades para su triunfo en la Península y supone el inicio de una guerra civil que se prolongará durante 3 años, hasta el 1 de abril de 1939. Uno de los generales de la Junta, Francisco Franco, es proclamado Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos el 1 de octubre de 1936.
Franco será quien lidere no sólo el bando ganador de la guerra, autodenominado bando nacional, si no también un régimen dictatorial que se prolongará después de su fallecimiento, en 1975, al menos hasta la promulgación de la Constitución de 1978
Este texto propone una breve lectura de la guerra civil española no sólo como un conflicto interno desencadenado por un golpe de Estado, sino como una ventana desde la que observar las estrategias geopolíticas de dominación global del período de entreguerras. En este artículo, el término "geopolítica" se refiere a un campo académico centrado en cómo el espacio y el poder dan forma a nuestra comprensión de lo que es el mundo. Es muy diferente de la noción que Karl Haushofer, uno de los ideólogos del Tercer Reich, había construido sobre la base de la raza, el suelo y el misticismo, como justificación de la conquista. En los hechos, la llamada por la prensa internacional "guerra civil de España" se convirtió en un escenario para las diferentes visiones, alianzas y también diferencias de la comunidad internacional, clave para comprender la lucha contra el fascismo que desencadenaría la II guerra mundial.

Una de las primeras cuestiones a destacar es precisamente la importancia de los pronunciamientos, presencias, ausencias e intervenciones de diferentes países en la contienda. A un mes del inicio de la guerra, 27 estados europeos -incluidos Alemania, Italia y la Unión Soviética- suscribían un Acuerdo de No Intervención que pretendía mantener la neutralidad y así aislar el conflicto para que se extinguiese. Sin embargo, el apoyo de la Alemania de Hitler y de la Italia de Mussolini al bando sublevado se hizo presente desde el inicio del golpe, proporcionando aviones para el traslado de tropas y material bélico del Ejército de África hacia la España continental, avanzando la ofensiva. Asimismo, la asistencia militar de los ejércitos de ambos países -la Legión Cóndor alemana y el Corpo di Truppe Volontarie (Cuerpo de Tropas Voluntarias, CPV) italiano- y de asesores y consejeros profundizaban la internacionalización del conflicto.

Precisamente por ser uno de los primeros lances militares de Hitler en el extranjero, esa internacionalización convertía a la guerra civil en un campo de pruebas europeo donde se fortalecían alianzas, se construían enemigos, y se proyectaban, en definitiva, los enfrentamientos futuros.

En ese sentido, la entrada de la Unión Soviética como apoyo al bando republicano confirmaba que la "guerra de España" era un espacio para comenzar la lucha contra el fascismo.
La Unión Soviética lanzó el primer intento de combatir el fascismo como escenario de dominación global. También fue una intervención geopolítica para disputar la hegemonía del capitalismo y cambiar ese orden material
Ante la falta de atención a las quejas del legítimo gobierno republicano ante la Sociedad de Naciones por el incumplimiento del pacto en los casos de Alemania e Italia, así como por la dificultad de acceder a material de guerra, la Unión Soviética, -"los rusos", como eran popularmente conocidos-, comienzan a enviar material militar. Pero, además, el Ejército Rojo tuvo un papel fundamental en términos de formación, asesoría y organización del ejército republicano, evidente en momentos clave de la guerra como la batalla del Jarama o la defensa de Madrid. Igualmente, la tarea de formación se ampliaba al personal militar español en las Escuelas de Aviación soviéticas, por ejemplo.

Además de lo estrictamente militar, es interesante reseñar otras formas de vinculación que muestran la importancia del conflicto en la conformación de los imaginarios geopolíticos de la época. Por una parte, se desarrollan importantes acciones humanitarias, como la acogida de unos 5000 niños y niñas, los llamados "niños de Rusia", evacuados ante las posibles represalias del banco nacional. Por otra parte, hay un importante ejercicio de geopolítica popular; por ejemplo, Ernest Hemingway, en ¿Por quién doblan las campanas? (1940) novela una guerra civil donde la presencia soviética es clave para entender la contienda, que era seguida de cerca en Rusia, a través de la emisión de un espacio de 10 minutos en un noticiario televisivo íntegramente dedicado a la guerra civil, entre 1936 y 1937, o la grabación y dirección por una productora soviética de varios documentales sobre la defensa de Madrid, para ser exhibidos en una Europa occidental que seguía manteniéndose al margen[1].

Por último, es importante mencionar el papel de las Brigadas Internacionales en la guerra. Eran unidades militares constituidas por voluntarios internacionales de muchos países, como Nueva Zelanda, Estados Unidos, México, Senegal o Francia. Pese a que tenían escasa experiencia militar, su militancia sindical o en partidos de izquierda convirtieron la defensa de la causa republicana y la lucha contra el fascismo en una cuestión universal durante los dos años que estuvieron en el frente[2].

Precisamente el papel de las Brigadas Internacionales en la guerra incide, de nuevo, en las claves de la internacionalización del conflicto. La agitación constante, por parte de la propaganda del bando nacional, de una amenaza comunista omnipresente en términos militares y personalizada en las Brigadas como estructura militar soviética, se conciliaba con una equidistancia y neutralidad desproporcionada respecto a la intervención de Alemania e Italia -solicitada por Franco, anterior en el tiempo, y superior en material y personal a la rusa-. En definitiva, nos señala las formas de la construcción geopolítica de un enemigo mundial y los cauces de una disputa hegemónica en un escenario bélico.
La política de neutralidad de los países europeos se muestra ineficiente para combatir el fascismo y los avances militares nazis
En consecuencia, convirtió de nuevo el escenario español en el horizonte del orden geopolítico que estaba por llegar.

De hecho, la implicación de Alemania e Italia en España no se limitó al tiempo de la guerra civil, sino que marcaría los primeros pasos de la dictadura. Así, Franco mantuvo dos entrevistas claves para comprender el alineamiento del régimen. Una, en 1940, en el municipio francés de Hendaya, fronterizo con España, con Hitler y la compañía de sus ministros de Exteriores, para debatir las posibilidades de que España se uniese a las llamadas potencias del Eje. La otra, en la misma línea, con Mussolini, en Bordighera (Italia), cerca de la frontera con Francia, en 1941.
Estos acercamientos con Hitler y Mussolini muestran que la intencionalidad geopolítica de Franco estaba vinculada a los poderes del Eje
Y a pesar de la devastación de una guerra civil, Franco envió al Frente Oriental abierto por Hitler en 1941 un contingente de soldados y oficiales voluntarios: la llamada División Azul por el color de sus camisas, al frente oriental abierto por Hitler en 1941.

El carácter menor de la intervención en absoluto invalida los principios fascistas de los primeros años de la dictadura franquista, que estaban presentes en todos los ámbitos de la vida política. Así, en 1937, el mismo decreto que ilegalizaba a los partidos políticos, decretaba la unificación de los partidos fascistas con el resto de fuerzas políticas que habían apoyado la sublevación militar, y a Franco como Jefe Nacional del nuevo partido único, la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. En una dimensión más social, las organizaciones de masas, como la Sección Femenina, extendieron una versión de género de los principios y símbolos fascistas del nuevo orden.

A partir de 1943, por cuestiones internas, pero, sobre todo, por la evolución de la guerra mundial, el franquismo va profundizando en su aislamiento y girando hacia lo que se denomina el nacional-catolicismo, un régimen autoritario, católico y corporativo alejado de los fascismos europeos pero que mantiene la represión iniciada con la sublevación hasta el final de la dictadura, aunque centrado en una misión civilizatoria-evangelizadora.

En 2019, un partido político denominado Vox se coloca como tercera fuerza política en España, con 52 escaños en el Parlamento y una gran visibilidad social. Es una muestra más del alcance internacional en general, y europeo, en particular, de una nueva derecha autoritaria, que, curiosamente, cuenta con aliados diversos.

Esperemos que no sea necesario un nuevo conflicto para mostrar de nuevo la capacidad de nuestra historia para superar al autoritarismo y al fascismo.
[1] Para más información sobre esta cuestión, ver Magí Crusells: "La URSS y la guerra civil española", en Santiago de Pablo (coord.) La historia a través del cine: la Unión Soviética, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2001, 39-93.

[2] Una de las más amplias colecciones documentales sobre la participación de las Brigadas Internacionales en la guerra civil española se encuentra en el Fondo 545 del Archivo Estatal Ruso de Historia Político-Social. Ver http://rgaspi.org, consultado el 27/03/2020.
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