Los partidos socialdemócratas también asumieron los postulados del neoliberalismo, lo cual debilitó el movimiento de izquierda y obrero, de cuya situación se aprovechó la ultra derecha, inmediatamente después de irrumpir la crisis de 2008.
Como respuesta a la crisis financiera, surgió una serie de movimientos dirigidos a la lucha contra las medidas de una economía de austeridad, como lo fueron las numerosas huelgas generales, organizadas por los sindicatos en Grecia, el movimiento de los Indignados en España, la movilización contra los ajustes económicos en Portugal y en otras naciones europeas o el conflicto en torno al parque Taksim Gezi, que sacó a las calles a miles de turcos.
En algunos paises, el movimiento contra las políticas de austeridad llevó a la formación de partidos políticos de izquierda, incluido el caso de Podemos, en España, y permitió un incremento de la popularidad de algunos partidos de izquierda ya existentes como Syriza, en Grecia. Al mismo tiempo, aunque esa tendencia surgió mucho antes de la debacle financiera, la movilización antineoliberal en países de América Latina llevó al poder a gobierno de izquierda en Brasil, Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Ese periodo, comprendido entre 2009 y 2014, se puede ver ahora como una etapa de lucha común contra el neoliberalismo, que hizo temer a los políticos de derecha y a los capitalistas. Desde entonces, los líderes capitalistas hicieron todo lo posible por derrotar a los partidos de izquierda y a los movimientos contra la economía del shock. El capital internacional, encabezado por Estados Unidos, desató una ofensiva masiva contra la llamada "marea rosa" en América Latina, al respaldar a una oposición interna de derecha y de extrema derecha. En Europa, los líderes de la Unión Europea sabotearon la política del partido griego Syriza de proponer alternativas a las duras medidas económicas, ante el temor de que, si Syriza realizara una reforma en interés de la clase trabajadora, ello podría levantar la autoridad de partidos similares, sobre todo, en el caso de Podemos en España y de la izquierda en Portugal.
En los principales países capitalistas, grupos de trabajadores y oprimidos empezaron a buscar alternativas más audaces como, por ejemplo, con el apoyo a Jeremy Corbyn en Reino Unido y Bernie Sanders en Estados Unidos.
Sin embargo, toda la experiencia del siglo XX demuestra que las grandes crisis del capitalismo abren posibilidades no solo a la izquierda radical, sino también a la derecha radical y al fascismo. Como afirmó Karl Polanyi en su trabajo clásico "La gran transformación", una importante parte de la clase capitalista apoya a la extrema derecha. Eso ya ocurrió en Estados Unidos y en el Reino Unido y se repite ahora en muchos otros países.