Baltasar Garzón
Baltasar Garzón Real es un destacado abogado y activista legal. Como juez, investigó el genocidio, el terrorismo, los crímenes contra la humanidad (franquismo, Pinochet), el tráfico de drogas, la corrupción y el crimen económico organizado. En 1998, el juez Garzón emitió una orden internacional para el arresto del dictador chileno Augusto Pinochet, quien en consecuencia fue arrestado en Gran Bretaña. Baltasar Garzón es asesor del Fiscal de la Corte Penal Internacional en La Haya, miembro del Comité contra la Tortura, asesor de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, presidente del Centro de Derechos Humanos de la UNESCO en Argentina, Coordinador de la Supervisión internacional para la reforma de la justicia en Ecuador en 2012. Es director de la firma de abogados ILOCAD, presidente de la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR), abogado defensor del fundador de WikiLeaks, Julián Assange. Es autor de 15 libros y numerosos artículos, y Doctor Honoris Causa en 29 universidades de diferentes países. Baltasar Garzón nació en Andalucía, España, en 1955.
El daño que el nazismo y el fascismo infligieron a España
La llegada al poder de Hitler y del nazismo en Alemania tuvo trascendentales consecuencias para la vida política y económica nacional en Alemania, en Europa, en el mundo, y, de forma particular, en España. Las relaciones del régimen nazi y del fascismo italiano con los golpistas españoles, a partir del golpe militar de julio de 1936, fueron importantísimas, recibiendo apoyo militar, económico y político, tanto de Hitler como de Mussolini.
El General Francisco Franco, que lideró el golpe y gobernó España por 40 años, fue la cara del fascismo por mucho más tiempo que lo que duraron aquellos regímenes
En España el régimen caudillista y dictatorial español recibió el nombre de "franquismo" Así fue como se definió, también, en las instituciones internacionales, como fue el caso de las Naciones Unidas[1]. El régimen "franquista" en España además de traer "terror blanco" (represalias, desapariciones forzadas, violaciones de derechos humanos, etc.) se tradujo en las enormes políticas de austeridad, autarquía (autoabastecimiento) que conllevaron recortes del gasto público social, la bajada de salarios desencadenando altas tasas de desempleo, migraciones, descenso del bienestar de la población, descontento y malestar social[2]. En el año 1956, España, junto con Portugal, se consideraba el país más pobre de Europa occidental[3].

En España los "herederos del franquismo" también han promovido recurrir a las políticas de austeridad,[4] bajo la aparente necesidad de evitar la inflación que podría llevarnos a la aparición de un nuevo fascismo. Cuando en realidad, es la austeridad la que, al impedir un estímulo económico a través de las políticas expansivas (el aumento del gasto público y aumento de salarios, entre otras), no solo provoca una inflación — tal como predijo John Maynard Keynes-, sino que lleva a un enfado de las clases populares, radicalización de ideas y resurgimiento de racismos, nacionalismos y neo-imperialismos, que son pilares básicos de cualquier movimiento fascista.
El riesgo de resurgimiento de ideologías de extrema derecha
La herencia franquista aún persiste en España, como se puede ver con la resistencia de la derecha a facilitar la recuperación de las 150.000 víctimas del franquismo que aún se encuentran desaparecidas en fosas y cunetas o la polémica, mientras que se exaltaba al dictador y al fundador de la falange, brazo armado del franquismo, con el mausoleo de El Valle de los Caídos, que desde el 23 de noviembre de 1975 acogió los restos de ambos y se convirtió en lugar de peregrinación de la ultraderecha, hasta la exhumación de Franco el 24 de octubre de 2019 a un cementerio familiar.
El legado franquista se observa sobre todo con la aparición del partido VOX, de corte de extrema derecha e ideología fascista
La derecha y la ultraderecha mantienen hoy un peligroso discurso sobre los inmigrantes, insistiendo en que los que pagan los costes de su integración en un país son los miembros de la clase trabajadora. Situación que se repite no solo en Europa, por ejemplo, en Francia con la llegada del partido de extrema derecha de Le Pen, o en Italia con la Forza Italia de Silvio Berlusconi o la Liga Norte de Mateo Salvini, o en los casos de Polonia o de Hungría donde la ultraderecha gobierna, sino también en Latinoamérica con Brasil, o en los EE.UU., donde la desconfianza hacia el "establishment" propició la llegada al poder de Trump.

Fueron por cierto los EEUU los que, mediante su plan de ayudas económicas para España, denominado "Plan Marshall" o "European Recovery Program", a cambio de que el régimen franquista acordara ciertas garantías de que el país no recibiría influencias soviéticas, dio al mundo un peligroso mensaje de que el movimiento "franquista" podía ser tolerado, insistiendo, mientras tanto, que un régimen comunista, por ser totalitario, debe ser derrocado solo a través de intervenciones militares, o motines armados estimulados desde el extranjero o sanciones económicas.[5]
¿Cómo luchamos contra él?
La lucha contra el "fascismo" en España no ha estado libre de trabas. Podemos citar la Ley de Amnistía de 1977, que vino a ser un pacto de silencio, con el que se intentó enterrar y olvidar el pasado, contribuir a la revictimización las víctimas y a la impunidad de sus verdugos. Pero, aun así, España pasó de la dictadura a la democracia en un periodo bastante corto.

Es interesante el ejemplo de Alemania que llevo a cabo las políticas de "desnazificación". Por ejemplo, declaró la imprescriptibilidad de los delitos motivados por ideología fascista; estableció desde plataformas cívicas las Comisiones de la Verdad para investigar dichos crímenes; prohibiendo y liquidando todos los partidos, instituciones y asociaciones fascistas o próximas al fascismo. En España debemos contar con solidas Leyes de Memoria Histórica que ofrezcan a las víctimas verdad, justicia, y reparación.

La Constitución en Alemania fue resultado de la victoria de la II Guerra Mundial sobre el nazismo, en la que Rusia desempeñó un papel decisivo.
En España no debemos olvidarnos de la aportación rusa en la guerra civil española contra el régimen franquista y la cálida acogida por el Estado ruso de los niños de los republicanos perseguidos.

Creo que es imprescindible salvaguardar la memoria histórica, incluyendo el papel que jugó el pueblo ruso en el derrocamiento del nazismo, una proeza que debe ser recordada
El filósofo norteamericano George Santayana afirmó que "aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo". El negacionismo y el revisionismo histórico son muy peligrosos. Hay que poner en valor el enorme sacrificio del pueblo ruso en pro de la libertad y la derrota del fascismo. La democracia, es el único sistema viable que garantiza los derechos de los ciudadanos. Cualquier ataque contra la misma debe ser combatido y neutralizado.
[1] Resolución 39(I) de la Asamblea General de la ONU sobre la cuestión española. Enlace: http://www.derechoshumanos.net/memoriahistorica/1946-Resolucion-ONU.htm

[2] El viaje de Charles De Gaulle a España de Franco en junio de 1970. "Al general le gustó, en España, la rudeza del clima, la austeridad de los sitios, el aislamiento de los pueblos que, en el curso de los siglos, determinaron el carácter nacional". Enlace: https://elpais.com/cultura/2018/07/03/actualidad/1530633343_944407.html

[3] Enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_de_Estabilizaci%C3%B3n_de_1959

[4] NAVARRO V. "Los orígenes del fascismo en Europa: antes y ahora". Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Enlace: https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2014/05/27/los-origenes-del-fascismo-en-europa-antes-y-ahora/

[5] NAVARRO V. "La reactivación del fascismo en España". Enlace: https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/04/08/la-reactivacion-del-fascismo-en-espana/
Términos de uso de la información de este sitio web

Todos los materiales de este sitio web están disponibles bajo la licencia Creative Commons Attribution 4.0 International y pueden ser reproducidos, sin fines de lucro, sin restricción alguna, a condición de que se mencione la fuente original.

La exhibición de simbolismos nazi y fascista en este sitio web, obedece exclusivamente a secundar la descripción del contexto histórico de los acontecimientos de los años 1930−1940; no es propaganda y tampoco justifica los crímenes de la Alemania nazi.