Como catedrático de la Universidad de Montreal imparto el curso "La Segunda Guerra Mundial" a estudiantes, la mayoría de los cuales cree que Estados Unidos "ganó" la Segunda Guerra Mundial. Los pocos que no creen en esta idea, generalmente han escuchado mis otros cursos.

El primer día de clase, usualmente realizo un juego sencillo con ellos. "Cuántos de ustedes", pregunto, "¿han oído hablar de la Operación Overlord? Por favor levanten la mano". Hay que aclarar que Overlord se refiere al desembarco anglo-canadiense-estadounidense en Normandía en junio de 1944. Todos levantan sus manos.

Seguidamente pregunto al auditorio "¿Cuántos de ustedes han oído hablar de la Operación Bagration? Mis estudiantes me lanzan miradas perplejas y fijas. La Operación Bagration fue una ofensiva soviética a gran escala en el centro del frente oriental, dos semanas después de la Operación Overlord. Esta fue una de las operaciones militares más grandes en la historia de la humanidad. A mi pregunta, solo unos pocos estudiantes levantan la mano; éstos son estudiantes que asistieron a mis otros cursos. Luego les explico la diferencia de escala entre las dos operaciones, 20 divisiones participaron en la Operación Overlord, 130 en la Operación Bagration. La división del Ejército Rojo era más pequeña que la británica o estadounidense, pero usted entiende la diferencia en magnitud. "Bagration" condujo a la destrucción del frente oriental y un avance hacia el oeste de unos 600 kilómetros, mientras que los aliados occidentales todavía estaban embotellados en la península de Normandía.

La Wehrmacht nazi (fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi) invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 en un frente extendido desde el Mar Báltico hasta el Mar Negro. Este fue el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, 1.418 días de violencia, crueldad y destrucción inimaginables. Desde las fronteras occidentales de la URSS hasta las afueras de Moscú, desde Leningrado y la frontera finlandesa en el norte hasta Sebastopol en el sur, el país fue.

Alrededor de 10 millones de soldados soviéticos murieron luchando para expulsar a los monstruosos invasores fascistas y finalmente aplastarlos en Berlín en la primavera de 1945. Muchos de los cuerpos de soldados muertos del Ejército Rojo quedaron a lo largo de las carreteras hacia el oeste, otros fueron enterrados sin ser identificados, en fosas comunes.

La mayoría de los ciudadanos soviéticos perdieron a miembros de sus familiares. Nadie quedó sin ser tocado por la guerra.

En Occidente, la gente sabe poco sobre la Gran Guerra Patria o incluso sobre la coalición anti Hitler creada por la URSS, Inglaterra y los Estados Unidos. Los medios de comunicación occidentales, Hollywood, la televisión directamente eliminaron el colosal papel del Ejército Rojo en la derrota de la Wehrmacht. Para ellos, la Segunda Guerra Mundial se refiere exclusivamente a la forma en que Winston Churchill y los Estados Unidos "ganaron la guerra". La Unión Soviética es invisible para ellos.

La "eliminación" por parte de Occidente de la hazaña del Ejército Rojo comenzó temprano. Después de la liberación de Francia en 1944, el gobierno francés publicó carteles en honor a la victoria, en los que había tres banderas: francés, estadounidense e inglés. Faltaba la bandera roja soviética. ¡Cuánta ingratitud!

En 1940, Francia abandonó la guerra por ignominia y luego colaboró con el enemigo. El monumento en Londres representa a Churchill y al presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, sentados en una banca y sostienen una pequeña charla. Joseph Vissarionovich Stalin no se ve por ningún lado: "¿No habría un lugarcito para mí?" lo imagina uno preguntando a Stalin.

Irónicamente, durante la guerra, la opinión pública estadounidense y británica sabía perfectamente quién lleva la carga principal de la lucha contra la Wehrmacht alemana. Los dibujantes David Low, Leslie Illingworth, el Dr. Seuss y otros sin dudarlo reconocieron el papel soviético en la guerra. Mientras los británicos buscaban dos o tres divisiones alemanas en el norte de África, el Ejército Rojo se hizo cargo de más de 200 divisiones. En 1942, el 80% de las divisiones de los países del "eje" actuaron contra el Ejército Rojo. Seamos realistas: el 1.5%, la participación de los aliados occidentales en las batallas terrestres contra la Wehrmacht, no fue una distribución equitativa de esfuerzo y sacrificio. El norte de África fue un teatro de operaciones secundario, todas las batallas clave tuvieron lugar en el frente soviético.

Después de la Batalla de Stalingrado, que Roosevelt también consideró el principal punto de inflexión de la guerra en Europa, ni los británicos, ni los estadounidenses ni los canadienses no tuvieron una sola división luchando en Europa. Ni una sola.

Es cierto que los británicos sintieron cierta culpa por haberse quedado fuera durante la guerra terrestre en Europa y, por tanto, les encanta señalar su bombardeo masivo de ciudades alemanas desde el aire. Pero, por supuesto, todos saben que luchar en la tierra es mucho más costoso en vidas humanas que en el aire o en el mar.

Las divisiones inglesa y estadounidense finalmente desembarcaron en la costa del continente europeo, en Italia en septiembre de 1943. Stalin exigió durante mucho tiempo la apertura de un segundo frente en Francia, al que Churchill se opuso firmemente.

La idea era desplazarse rápidamente por la "bota italiana", y luego girar hacia el este, hacia los Balcanes, para evitar que el Ejército Rojo ingrese allí. Sin embargo, el camino a Berlín fue a través del noreste. El plan de Churchill falló; Los aliados occidentales llegaron a Roma solo en junio de 1944.

En Italia, había alrededor de 20 divisiones alemanas que luchaban contra fuerzas aliadas más grandes. En el Este eran más de 200 divisiones del Eje, es decir, diez veces más que en Italia. Eso aumentó la participación angloamericana de la carga de luchar contra la Wehrmacht de 1.5% a 10%, un gran aumento para los aliados occidentales. Uno podría pensar que el gobierno francés posterior a Vichy podría liberar espacio en sus carteles de propaganda para el martillo y la hoz, o que el escultor británico encontraría un lugar para Stalin en este banco en Londres junto con Roosevelt y Churchill. Pero no. En los carteles de propaganda soviética, cuando se trata de banderas, siempre se ven tres: estadounidenses, británicas y soviéticas. Pero no francesa por supuesto, Francia no merecía un lugar junto las otras. Sin embargo, corresponde recordar el movimiento de resistencia francés y el movimiento guerrillero que luchó contra los invasores nazis y colaboradores de Vichy, defendiendo así el honor de Francia, y el escuadrón de combate Normandie-Niemen, que luchó hombro con hombro con el Ejército Rojo. La Unión Soviética recuerda los logros de sus aliados; y los recuerdan hoy en la Federación Rusa.

Fueron los Estados Unidos y Gran Bretaña los que intentaron olvidar la contribución colosal de la Unión Soviética a la victoria sobre un enemigo común. No había aun concluido la guerra, cuando los mismos "aliados" comenzaron a pensar en otra guerra, esta vez contra la propia Unión Soviética.

En septiembre de 1945, el Pentágono consideró la posibilidad de usar 204 bombas atómicas para destruir la Unión Soviética. El padrino de la coalición anti Hitler, Roosevelt, murió en abril y, en pocas semanas, los anticomunistas estadounidenses cambiaron sus políticas. Los Tres Grandes resultaron ser solo una corta tregua en la Guerra Fría, que comenzó después de la Revolución Socialista de octubre en noviembre de 1917 y se reanudó en 1945.

Era imposible renovar la vieja política de odio de la Unión Soviética, simplemente chasqueando los dedos, sin borrar el recuerdo del papel del Ejército Rojo en la victoria sobre el enemigo común. Pero eso requería algo de tiempo. Como ladrones nocturnos, Gran Bretaña y Estados Unidos robaron la verdadera verdad sobre la victoria sobre la Alemania nazi. Los británicos y los estadounidenses reclamaron laureles que no ganaron, como los soldados con medallas de valor que pertenecen a otros.

Incluso ahora, la descarada campaña de mentiras continúa. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y el Parlamento Europeo en Estrasburgo atribuyeron la culpa de la Segunda Guerra Mundial a la Unión Soviética, leyeron a Rusia y al presidente Vladimir Putin como el mensaje subliminal. Adolf Hitler es casi olvidado por ellos en esta imagen, llena de acusaciones no comprobadas.

Detrás de esta falsa narrativa pseudohistoria están los países bálticos, Polonia la Ucrania de Maidan, que arrojan odio a Rusia. Los estados bálticos y Ucrania ahora honran a los colaboradores nazis como héroes nacionales y celebran sus atroces crímenes.

Sin embargo, en Rusia, la propaganda mentirosa de Occidente no tiene ningún efecto. Todos los años, el 9 de mayo, los rusos recuerdan a los millones de soldados que lucharon y murieron en los campos en grandes de batalla, y a los millones de civiles que sufrieron a manos de los nazis.

Los veteranos, que cada año son cada vez menos, visten sus uniformes gastados, cubierta con medallas y órdenes militares. "Trátelos con tacto y respeto", escribió el mariscal Georgy Konstantinovich Zhukov en sus memorias: "Este es un precio pequeño después de lo que hicieron por usted en 1941−1945".

Los países occidentales podrían enviar delegaciones y tropas de alto nivel a Moscú para participar en la marcha junto con sus colegas rusos el 9 de mayo para recordar la causa común de la lucha contra el nazismo. Ese sería el comienzo.

Pero ni siquiera piense que Occidente podrá ganar la guerra de propaganda en la propia Rusia y distorsionar el recuerdo de la Gran Guerra Patria.